El garaje de la ternura

Desde entonces, hemos seguido ayudando a familias (500 en la actualidad) y Bocatas ha extendido su actividad a todos los días de la semana. El garaje de Bocatas se ha convertido en un lugar privilegiado de encuentro y de acogida para todo tipo de personas que necesitan ayuda o que quieren ayudar. Es el «garaje de la ternura»: un lugar en el que servir al otro, al débil, al necesitado.


El Amor Vence Siempre: especial pandemia

En marzo de 2020 el mundo entero se paró y se encerró en casa. No podíamos permitir que la caridad se parase, por lo que algunos amigos de Bocatas se pusieron manos a la obra e iniciaron la campaña «El Amor Vence Siempre». Entre marzo y agosto de 2020, con un equipo de 400 voluntarios, ayudamos con alimentos y productos de primera necesidad a un total de 1.300 familias / 4.593 personas (lee aquí una crónica).


Hoy

La Tribu Bocatera sigue creciendo cada día: en infraestructura, en voluntarios (de toda nacionalidad, etnia, religión y condición: estudiantes, jubilados, empresarios, «menas», etc. ¡hay de todo en la viña de Bocatas!), en personas a las que llegamos (¡y que nos llegan a nosotros!) y, sobre todo, en la conciencia de que la vida es para darla y de que la caridad ensancha el corazón y es el remedio para el hastío y el yoísmo del ser humano contemporáneo. ¿A qué esperas para unirte a nuestra tribu?


Cañada Real (Valdemingómez)

En 2009 las Barranquillas están ya casi desmanteladas, y Bocatas se traslada al poblado emergente de Valdemingómez, en el sector 6 de la Cañada Real Galiana, donde seguimos yendo cada viernes. Allí hemos conocido a nuevos grandes amigos: Sebas (D.E.P.), Portu, Nano (D.E.P.), Santi y Ana, y por supuesto a los yissi kins.


Barranquillas

En 2003 Bocatas da el salto desde la gran urbe hasta el que fue el mayor supermercado de la droga de todo Europa: el poblado de las Barranquillas. Ven en el telediario un reportaje sobre ese poblado a escasos kilómetros de Madrid y deciden ir allí un viernes con unos cuantos bocatas y algo de fruta a ver qué pasaba. Empiezan a ir allí todos los viernes. Allí conocerán a nuestros primeros amigos poblaeros: Sandokan, Magdalena, Julián o Meji.


Nace Bocatas

En 1996, de la mano de D. Jorge Dompablo, sacerdote coadjutor en San Jorge (Madrid), varios amigos empiezan a juntarse a preparar bocatas y a repartirlos a los sintecho de los bajos de A.Z.C.A. El objetivo no era solucionar la vida a los pobres, sino poner a prueba aquello que empezaban a descubrir: que el método de la vida consiste en la amistad y que el corazón del ser humano está hecho para darse (que la «ley última» de la existencia, del ser y de la vida es la caridad).