«Ya ve: aquí esta surgiendo una revolución inédita. No hay rabia, no hay violencia. El malestar ante la injusticia se ha dirigido antes que nada a cambiarnos a nosotros mismos, a decir la verdad, a vencer nuestros miedos y nuestros egoísmos. Nos hemos hecho libres interiormente y por eso sabemos ser solidarios, responsables y valientes publicamente» (Bohdan Cywinski)
Somos un grupo de amigos dedicados al acompañamiento integral de personas en exclusión social relacionadas con el mundo de la droga. Pero no solo…
NUESTRA HISTORIA
Desde 1996
En 1996, de la mano de D. Jorge Dompablo, sacerdote coadjutor en San Jorge (Madrid), varios amigos empiezan a juntarse a preparar bocatas y a repartirlos a los sintecho de los bajos de A.Z.C.A. El objetivo no era solucionar la vida a los pobres, sino poner a prueba aquello que empezaban a descubrir: que el método de la vida consiste en la amistad y que el corazón del ser humano está hecho para darse (que la «ley última» de la existencia, del ser y de la vida es la caridad).
En 2003 Bocatas da el salto desde la gran urbe hasta el que fue el mayor supermercado de la droga de todo Europa: el poblado de las Barranquillas. Ven en el telediario un reportaje sobre ese poblado a escasos kilómetros de Madrid y deciden ir allí un viernes con unos cuantos bocatas y algo de fruta a ver qué pasaba. Empiezan a ir allí todos los viernes. Allí conocerán a nuestros primeros amigos poblaeros: Sandokan, Magdalena, Julián o Meji.
En 2009 las Barranquillas están ya casi desmanteladas, y Bocatas se traslada al poblado emergente de Valdemingómez, en el sector 6 de la Cañada Real Galiana, donde seguimos yendo cada viernes. Allí hemos conocido a nuevos grandes amigos: Sebas (D.E.P.), Portu, Nano (D.E.P.), Santi y Ana, y por supuesto a los yissi kins.
En marzo de 2020 el mundo entero se paró y se encerró en casa. No podíamos permitir que la caridad se parase, por lo que algunos amigos de Bocatas se pusieron manos a la obra e iniciaron la campaña «El Amor Vence Siempre». Entre marzo y agosto de 2020, con un equipo de 400 voluntarios, ayudamos con alimentos y productos de primera necesidad a un total de 1.300 familias / 4.593 personas (lee aquí una crónica).
Desde entonces, hemos seguido ayudando a familias (500 en la actualidad) y Bocatas ha extendido su actividad a todos los días de la semana. El garaje de Bocatas se ha convertido en un lugar privilegiado de encuentro y de acogida para todo tipo de personas que necesitan ayuda o que quieren ayudar. Es el «garaje de la ternura»: un lugar en el que servir al otro, al débil, al necesitado.
La Tribu Bocatera sigue creciendo cada día: en infraestructura, en voluntarios (de toda nacionalidad, etnia, religión y condición: estudiantes, jubilados, empresarios, «menas», etc. ¡hay de todo en la viña de Bocatas!), en personas a las que llegamos (¡y que nos llegan a nosotros!) y, sobre todo, en la conciencia de que la vida es para darla y de que la caridad ensancha el corazón y es el remedio para el hastío y el yoísmo del ser humano contemporáneo. ¿A qué esperas para unirte a nuestra tribu?