Pasión por el Hombre

En Bocatas, lo que nos mueve no es un ideal abstracto, sino la persona concreta. Creemos en el valor incondicional de cada ser humano, sin importar su historia, sus errores o su situación. Nos encontramos con el otro sin prejuicios, sin exigencias, con la certeza de que cada persona merece ser vista, escuchada y acogida tal como es.

Por eso, no hablamos de "pasión por lo humano" en general, sino de pasión por el hombre: por el que pide en la calle, por la mujer que recoge cartones, por el joven que acaba de llegar solo a este país, por el que lucha contra la adicción, por aquel que siente que ya no encaja en ningún sitio. En Bocatas, nadie tiene que aparentar, esconder su fragilidad o justificar su vida. Aquí, ser querido no depende de lo que haces, sino de lo que eres.

"Es increíble que estéis aquí. A los drogadictos nadie nos mira, somos lo último, la escoria. A un alcohólico se le perdona, incluso a los presos… pero a los drogadictos es muy difícil que se nos perdone."

Santiago, amigo de bocatas

Siempre Libres

El amor incondicional genera libertad. La verdadera libertad no viene de lo que tienes o logras, sino de saber que eres amado sin condiciones. En Bocatas, cada persona es bienvenida sin importar su pasado o su presente. La libertad que se vive aquí nace del encuentro con otros que no esperan nada a cambio, que están simplemente para acompañar, compartir y caminar juntos.

Por eso, cada lunes en Plaza de Ópera, cada día en el Espacio Bocatas y en el Garaje de la Ternura, y cada viernes en Cañada Real, hay algo que brilla con más fuerza que la dureza del entorno: el vínculo humano. Un plato de comida caliente, un lugar que abraza, una conversación sin prisas, un simple “¿cómo estás?” pueden convertirse en un primer paso para recuperar la dignidad, la esperanza y el deseo de una vida distinta.

Somos Tribu

Bocatas no es solo una asociación, es una familia. Nos gusta llamarnos "La Tribu Bocatera", porque aquí la acogida va más allá de la ayuda asistencial: es un lugar de pertenencia. No hay “voluntarios” y “beneficiarios”, sino personas que se encuentran y que, en ese encuentro, descubren que todos tenemos algo que dar y algo que recibir.

Quien llega a Bocatas con una necesidad, muchas veces termina siendo quien ayuda a otros. Jóvenes que llegaron a España sin nada, hoy enseñan español a los que acaban de llegar. Personas que fueron acompañadas en su proceso de recuperación, ahora sirven comidas en Ópera. Aquí no hay jerarquías, sino relaciones reales que transforman vidas.

"Me ayudaron a salir del infierno y ahora quiero ayudar yo."

Julián, exdrogodependiente y voluntario de Bocatas

La Amistad como Método

No creemos en soluciones mágicas ni en grandes estructuras. Creemos en la amistad como camino para la verdadera transformación. A lo largo de los años, hemos comprobado que ningún programa social, por más completo que sea, puede reemplazar el impacto de una relación sincera.

Por eso, nuestro método no es un proyecto, es una relación. Compartimos la vida con quienes nos encontramos: en la Cañada Real, en el Garaje de la Ternura, en los cursos de formación, en las comidas de los lunes en Ópera. Estar presente, acompañar, permanecer. Ese es el verdadero cambio.

"Queremos tapar en cierto modo este agujero que ellos tienen en su corazón."

Un Lugar Donde la Vida se Comparte

Bocatas nació en 1996 con el reparto de bocadillos y unas ganas enormes de encontrarnos con los que el mundo suele mirar de lejos. Hoy, casi tres décadas después, seguimos apostándolo todo al vínculo humano.

Aquí no solo se reparten alimentos, se construyen relaciones. No solo se ofrecen cursos, se generan oportunidades. No solo se acompaña a quien está en la calle, se le devuelve un lugar en el mundo.

"Queremos tapar en cierto modo este agujero que ellos tienen en su corazón."